Corte de pelo y autismo.

Hoy se presentaba un lunes un tanto intenso, despedía a Berta en su primera vez 4 días fuera de casa con su condición de diabética y por otro lado Brunito, iba a recogerlo a media mañana al colegio, rompiendo toda su rutina para llevarlo casa a cortarle el pelo, que en él, era algo complicadísimo.

 

Me doy cuenta en situaciones así, que mis creencias y pensamientos juegan en mi contra, he tenido hasta dolor de cabeza por la tensión que me generaba este «lunes de planes mierder», pero también me llevo el regalo de que nunca nada sale como te imaginas sino que puede salir mil veces mejor.

 

Sandra, la terapeuta de Bruno y casi también la mía por lo mucho que me ayuda, nos preparó una secuencia de pictogramas (el cerebro de Bruno entiende mejor las imágenes que la explicación con palabras) para ir preparando el corte de pelo.

 

Hemos leído esa secuencia día tras día y anclado esa historia con la sinergia de aceites esenciales Valor, para ayudarle a desbloquear el miedo. Aroma-aprendizaje-emoción trabajando juntos en el cerebro de Bruno.

 

Hoy un ratito antes de empezar a cortarle el pelo, le he vuelto a explicar la secuencia con las imágenes de lo que iba a pasar y le he aplicado de nuevo Valor en las muñecas y en el difusor he preparado una mezcla para que su sistema nervioso y el mío, estuviera lo más en calma posible, Cedro, Vetiver y Mandarina.

 

Ha habido dos intentos de fuga, dos «me tiro al suelo» por desesperación, llantos y sudores de la muerte,  pero milagrosamente al conseguir que se sentara entre lágrimas, prometiéndole dos cajas de animalitos de juguete, ha permitido que Gema (la mejor peluquera del mundo y por suerte, también amiga) le corte su melenón y consigamos un avance enorme para él.

 

 

Por suerte los avances de Bruno, son alegría para muchas personas. Amigas y compañeras de vida, mi marido y gran sostén, su hermana mayor, mi prima, mi cuñada, nuestra peluquera-amiga, mi sobrino que ha hecho de modelo para que Bruno viera que no ocurre nada si nos cortan el pelo, mi madre autora de esa idea, mi hermano al recibir la foto con felicidad, mi padre que le adora, Sandra, la terapeuta con la que me abrazado nada más verla, su tutora que me ha recordado que los adultos nos creamos miedos que luego no son, y un largo etc de personas que nos rodean y nos dan fuerza para seguir sonriendo a esta VIDA tan bonita y retante que vivimos.

 

Hoy he llorado de alegría mientras conducía, emoción, gratitud y sentir que tengo a tantísimas personas creyendo en Bruno y sosteniéndome.

 

Hoy nos han cortado el pelo y las creencias.

 

 

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