Autismo: un mundo nuevo.

Siempre he sido muy idealista y he creído en las personas buenas, pero el autismo de Bruno me hizo ver el mundo hostil, complicado y exclusivo para personas «normales», mi normalidad es un poco distinta a la de otra madre.

 

Hemos pasado años sin poder hacer cosas en familia, Bruno acababa tirado en el suelo gritando, se escapaba, y como no era consciente del peligro, salir a sitios llenos de gente «normal» era pasarlo mal. Mis hijas han sido comprensivas aunque también han tenido sus momentos de expresar su pena y rabia por no poder seguir quedando con amigos en otros sitios que no fuera nuestra casa, el lugar seguro para Bruno y donde nosotros sabíamos controlar más la situación.

 

El año verano pasado recuerdo una sensación maravillosa, ir al Cosmo Caixa (un Museo) y sentir que Bruno conectaba con lo que estaba pasando, se le veía feliz, aunque el ritmo era pararse 2 micro segundos en cada cosa y por lo tanto intentábamos prestar atención a Carla y Berta como podíamos. Este año está siendo un REGALO, el miércoles conseguimos dar una paseo largo por el pueblo, incluso entrar a alguna tienda y era él el que me daba la mano, y sentirle a mi lado, calmado, sin esa necesidad de huir del mundo o tirarse al suelo para descansar los sentidos, fue impresionante.

 

No puedo ponerme en la piel de todas las familias que viven el autismo porqué cada realidad es única, pero sí puedo contar la mía, sensibilizar a unas cuantas personas y que esas lo puedan transmitir a otras tantas.

 

Sigo creyendo en un mundo bueno, con empatía, solo he vivido un capítulo de «mierda» con una profesora jubilada que me dijo que mi hijo no podía mandarme a mi, que era yo la que tenía que estar por encima de él, en ese momento yo no sabía cómo educar a Bruno, ni siquiera conseguía que me mirara, no podía jugar a nada con él, no comía, muchos días se despertaba a las 2 de la mañana y no se volvía a dormir hasta las 7h, y ahora que escribo esto, no sé de donde sacamos las fuerzas.

 

No critiques a un padre o a una madre sin saber, el autismo no es algo igual en todos los niños o niñas, algunos hablan, otros se comunican a través de un iPad, algunos saltan, otros hacen movimientos para intentar procesar todo lo que sus sentidos reciben, a muchos les abruman las luces, los sonidos grabes, las sirenas, a otros les encanta el ruido. Bruno toca mucho, no tiene esa barrera social de que está mal arrimarse a alguien y también te escucha sin mirarte, y te entiende, pero es demasiado para él mirar y escuchar a la vez.

 

Bruno se pasa horas con la tablet, hubo un tiempo en que no hacía otra cosa, él es visual y aprende con imágenes, la tablet es lo que le ha enseñado el vocabulario tan rico que tiene y gracias a eso entiende mucho el inglés, puede escuchar canciones que en el colegio le abrumaban demasiado y ahora gracias a verlas en el iPad, en el colegio las acepta.

 

Bruno llora si escucha tocar el piano, y no soporta ver a su primo llorar y quiere machacarlo porqué no quiere que las personas estén tristes, Berta se aprovecha de eso para sonsacarle cosas, también es única consolando a su hermano y cambiándole la atención cuando se ofusca con algo.

 

Carla le enseña canciones de Harry Styles, así puede elegir música en el coche con la excusa que a Bruno también le gustan, y Bruno siempre la hace meterse debajo de la manta para que yo los encuentre, en pleno verano.

 

Bruno come cada día lo mismo y tenemos que cortarle el pollo bien recto, sino tira el trozo (literal lo tira), en verano lleva pijama de invierno y siempre que quiere que hagas algo te dice «ahora tú-yo mama».

 

Bruno es un niño que lo ha tenido mucho más difícil que mis hijas, pero sigo creyendo fuerte en que va a ser feliz, de hecho pienso que ya es muy feliz, pero a veces tendremos que inventar un mundo para él, porqué este aún está preparado solo para personas «normales».

 

Siempre me veo en la obligación de dar las gracias a las personas que tenemos al lado (virtualmente también), que intentan siempre comprender a Bruno, lloran conmigo y celebran todo lo que él consigue, ya sabéis quienes sois.

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